viernes, octubre 12, 2007

4 de la mañana y matemáticas de besos

4 de la mañana, la pucha, diría un amigo... la noche aquí es larga. 4 de la mañana y sigo preocupado... si, todavía me suena ese “un beso y medio, vos? Cuantos vas?”

- por que medio? le repregunte a la princesa y ella me contesto que le robaron un beso y por eso vale medio.

- Ha, no, yo aún con mi botella y mi aire de extranjero tengo otros planes para las 4 de la mañana. No pensé que a esa hora, hubiera vuelto al origen de esa frase.

Preocupado de nuevo, son las 4 de la mañana... insisto en ver el reloj y me preocupo por esas dos personas que hacía minutos estábamos haciendo anécdotas una tras otra indiscriminadamente sin pensar en nada mas que el momento.

Si, ya se, nunca mas aparecerán... solo una me dejo la frase... “uno y medio”

Sin nada en la mano volví a la manada, esas cosas que uno hace cuando esta en un boliche y que con unas copas de más cree que la fiesta con ellos nunca termina.

Ya no era lo mismo, estaba pero no estaba... mas de las 4 y yo ahí parado bailando despreocupado ya por esas dos, disfrutando el quiebre que me regaló la noche, pero por otro lado sabia que tenia que salir de ahí, ya no era mi manada.

Atiné a saludar solo a una persona que al oído y de forma bruta, quizás temiendo que no me escuchara, le dije chau!

Camine entre la turba, subí unas escaleras que se tropezaron con mis pies y pensé en comprar una bebida para que me acompañe en lo que yo pensaba iba a ser mi corta travesía, pero decidí hacerlo en la próxima parada.

En el camino la encontré a ella que cuando me vio se puso muy feliz, o al menos es lo que yo pensé. La tome de la mano y la lleve con la excusa de compartir mi travesía con la bebida que me había prometido antes tener.

Una de las cosas que me gustan de los boliches es que cuando uno está con una dama, para que nos escuchemos tenemos que susurrarnos gritando al oído, a veces se saca ventajas pero otras solo complican las cosas, pero si las definen. Le comencé a hablar tratando de no hacer ver que mi léxico estaba siendo atacado por los efectos del alcohol y que la lucha tenia que ser pareja, ella se merecía mis palabras por que ella me estaba regalando las suyas.

De pronto pensé que éste sería mi momento del “uno” y osado sin pensarlo más, ataque. Solo fue un medio, pero si habría un tres cuartos, creo que lo definiría así: es un beso que no fue beso pero lo que rodeaba, como abrazos, tomadas de mano y miradas eran sinceras, un encuentro de labios no siempre es el objetivo para mi entender en este tipo de competencias, si se podría definir así por que no creo que la estrellita lo haya hecho con ese proposito.

Si, me quedo con el tres cuarto aunque había una razón para ello. La dama en cuestión tenía novio y sentía que su mundo se caía con un beso, creo que no se dio cuenta que me estaba dando un tres cuarto de beso.

No avance por que tenía que ser bueno. Creo que no estaba suficientemente alcoholizado como para olvidar lo que estaba haciendo, esa bebida que no ataco lo suficiente para matar la conciencia y permite que esos recuerdos aún se mantengan para escribir esto.

6 de la mañana, de fondo y ya en la pista sonaba un tema de Radiohead sobre el como amar a alguien tanto como para darse cuenta que no era merecedor de ese amor que se dio a fuerza de engaños y trampas y rogarle que corra tan lejos como pudiera de uno. Que ironía, yo seguí tranquilo, ya corrieron una vez por mí, no quería que nadie mas corra.

Ella al terminar el tema musical se fue a buscar una cerveza y cuando la vi volver con las manos vacías las luces blancas lastimaron mis ojos dándonos la despedida... sabia que esas dos horas habían valido tanto como las 4 horas anteriores, pero esa es otra historia que esta guardada en mi caja de cristal de recuerdos.

6 de la mañana, buenas noches, buenos días, que descanses.

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